Haréis un trabajo
en grupos de tres sobre los romances. Os tocará por sorteo uno.
En equipo, deberéis leerlo, hacer un mural con un cómic sobre el contenido del
mismo. Además, haréis un comentario del texto que os toque. Lo presentaréis por
escrito. El día de la exposición, mostraréis el mural, leeréis, dramatizaréis el
texto y luego explicaréis el comentario del romance a vuestros compañeros para
que tomen anotaciones. Tendréis un máximo de diez minutos para la intervención.
Os dejo el
guion de comentario para el trabajo. Solamente emplead lo que está en negrita.
GUION DE
COMENTARIO.
I.
INTRODUCCIÓN.
II.
RESUMEN.
III.
TEMA.
IV.
TIPO
DE TEXTO.
1. POR TIPO DE COMUNICACIÓN.
2. POR INTENCIÓN.
3. POR ÁMBITO TEMÁTICO (SI ES LITERARIO,
INDICAD GÉNERO Y SUBGÉNERO).
4. POR FORMA DISCURSIVA (SI ES NARRATIVO, ANALIZAD
LOS ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN EN EL TEXTO).
V.
ESTRUCTURA.
1. EXTERNA (NÚMERO DE VERSOS O LÍNEAS, NÚMERO
DE ESTROFAS O PÁRRAFOS).
2. INTERNA (DIVISIÓN DEL TEXTO POR PARTES).
VI.
FUNCIONES
DE LA LENGUA.
VII.
NIVEL
FÓNICO-GRÁFICO.
1.
SI EL TEXTO ESTÁ EN VERSO.
1.1. RITMO DE TONO (PAUSAS)
A)
Encabalgamiento
(desajuste producido cuando el final del verso no coincide con la construcción
morfosintáctica: <<y yo me iré; y
estaré solo, sin hogar, sin árbol/ verde, sin pozo blanco>>) o esticomitia.
B)
pausa
interna (por puntuación) y cesura (desde doce sílabas o más).
1.2. RITMO DE CANTIDAD.
A) Arte mayor (desde nueve sílabas versales)/ arte
menor (de dos a ocho sílabas).
B)
Tipo
de estrofa.
C)
Sinalefa
( unión de dos sílabas que pertenecen a palabras distintas considerándose una
sola sílaba); sinéresis (dos vocales del hiato se unen en una sola sílaba
formando diptongo); diéresis ( un diptongo se rompe artificialmente); hiato
(fenómeno contrario a la sinalefa).
D)
Posición
del acento en la última palabra del verso: aguda (suma una sílaba), llana
(queda igual) y esdrújula (resta una sílaba).
1.3. RITMO DE INTENSIDAD.
A) Distribución de los acentos en el verso.
a)
Penúltima
sílaba (acento estrófico): en par es YÁMBICO; en impar es TROCAICO.
b)
Resto
de los acentos versales: si coinciden con el estrófico (son todos impares, por
ejemplo), el verso será RÍTMICO; si no
coinciden, será EXTRARRÍTMICO.
1.4. RITMO DE TIMBRE (RIMA).
A) Consonante/ asonante.
B)
Blanco
(no rima)
C)
Sueltos
(riman algunos)
D)
Libres
(riman pero número de sílabas es diferente)
1.5. RECURSOS RETÓRICOS.
A)
aliteración
B)
onomatopeya
C)
paranomasia
VIII.
NIVEL
MORFOSINTÁCTICO.
1. ELECCIÓN DE LA CATEGORÍA GRAMATICAL.
1.1. ÁMBITO NOMINAL (SN).
A) Si predomina: calidad impresionista y
estatismo con ritmo lento y oraciones largas.
B) SUSTANTIVOS.
a)
Abstractos
y cultismos: matiz intelectual (sin artículos) valorativo.
b)
Concreto:
realismo.
C) ADJETIVOS CALIFICATIVOS (estilo sensorial)
ritmo lento.
a)
especificativos
(nueva cualidad)
b)
Explicativos
o epítetos: subjetividad.
c)
Posición:
antepuesto (explica, subjetividad); postpuesto, restringe, concreta y objetivo.
d)
Grado.
D)
ADJETIVOS DETERMINATIVOS Y ARTÍCULOS: deixis,
anáfora, énfasis, evocación…
E)
PRONOMBRE: deixis y foricidad (anáfora y
catáfora)
1.2. ÁMBITO VERBAL (SV)
A) Relacionado con la acción; estilo verbal:
dinamismo.
B)
Tiempo y
usos estilísticos (presente
histórico, condicional de cortesía, etc.).
a) presente
b) pretérito
imperfecto
c) Pretérito
perfecto simple.
C) modo: modalidad y actitud del hablante.
a) indicativo:
real y objetividad.
b) Subjuntivo:
irreal y subjetividad.
c) Imperativo.
D)
Perífrasis verbales: modales y aspectuales.
E) Aspecto verbal.
a)
Perfectivo
(acción terminada): narración.
b) Imperfectivo
(acción inconclusa): descriptivo.
F) Formas no personales.
G)
Adverbios.
1.3. ORDEN
DE LOS ELEMENTOS.
A)
Si lo respeta, pretende ser lógico y ordenado.
B)
Si destacan las hipérboles; es decir, el
desorden, su fin será mostrar sentimientos de desgarro e inquietud.
1.4. TIPO DE
ORACIONES.
A)
SIMPLE: ofrece claridad, sencillez, escasez de
elaboración, rapidez, subjetividad. Coordinación y yuxtaposición (parataxis).
B)
COMPUESTAS: subordinadas (hipotaxis): se muestra
barroco, complejo o presenta alarde de intelectualidad. Indica elaboración.
C)
MODALIDAD ORACIONAL.
D)
IMPERSONAL Y OTRAS FORMAS DE OCULTAR EL AGENTE.
1.5. RECURSOS
RETÓRICOS.
1.5.1.
ADICIÓN.
A)
Amplificatio.
B) Paráfrasis.
C) Pleonasmo
D) Epíteto
E) Enumeración.
1.5.2.
OMISIÓN.
A) Elipsis.
B) Asíndeton.
1.5.3.
REPETICIÓN.
A) Anáfora.
B) Epífora.
C) Concatenación.
D) Polisíndeton
E) Derivación
F) Dilogía
G) Reduplicación.
H) epanadiplosis
1.5.4.
ORDEN.
A) Hipérbaton.
B) Paralelismo.
C) Calambur.
D) Anacoluto.
IX.
NIVEL LÉXICO-SEMÁNTICO.
1.
GENERALIDADES.
A) Vocablos importantes para conocer la
procedencia social, profesional o cultural. Variedades sociales, funcionales y
geográficas.
B) Palabras clave.
C) Campo semántico y léxico.
D)
Procedimientos de creación de palabras
(derivadas, préstamos, patrimoniales, cultismos, siglas, acrónimos).
E)
Relación
semántica: sinonimia, antítesis, polisemia, homonimia, hiperónimia, hiponimia,
monosemia.
F)
Denotación
(deseo precisión y objetividad) y connotación
(subjetividad).
2. RECURSOS RETÓRICOS.
A) Comparación.
B) Metáfora.
C) Alegoría
D) Sinécdoque
E) Metonimia.
F) Hipérbole.
G) sinestesia
H) Personificación
I)
Ironía
J) Paradoja
K) Apóstrofe
L) Interrogación retórica
M) Exclamación retórica
N) Antítesis
O) Sinonimia…
X.
CONTEXTO:
movimiento, época, etc.
XI. CONCLUSIÓN.
En
conclusión/ para terminar es posible afirmar que el texto pertenece a tal autor
y tal época por las características vistas a lo largo del comentario,
destacando…
Como se ha visto el texto es un todo
organizado en relaciones internas. Es un todo en que se vincula el fondo y la
forma.
A continuación, tenéis los textos.
Romance del Conde Arnaldos
¡Quién
tuviera tal ventura
sobre
las aguas del mar,
como
hubo el conde Arnaldos
la
mañana de San Juan!
Con un
falcón en la mano
la caza
iba a cazar,
vio
venir una galera
que a
tierra quiere llegar.
Las
velas traía de seda,
la
jarcia de oro torzal,
áncoras
tiene de plata,
tablas
de fino coral.
diciendo
viene un cantar
que la
mar ponía en calma,
los
vientos hace amainar,
los
peces que andan nel hondo
arriba
los hace andar,
las aves
que andan volando
nel
mástil las hace posar.
Allí
habló el conde Arnaldos,
bien
oiréis lo que dirá:
dígaisme
ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal
respuesta le fue a dar:
-Yo no
digo esta canción
sino a quien conmigo va.
Romance de Gerineldo.
Levantóse
Gerineldo
que al
rey dejara dormido,
fuese
para la infanta
donde
estaba en el castillo.
-Abráisme, dijo, señora,
abráisme, cuerpo garrido.
-¿Quién
sois vos, el caballero,
que
llamáis a mi postigo?
-Gerineldo soy, señora,
vuestro
tan querido amigo.
Tomárala
por la mano,
en un
lecho la ha metido,
y
besando y abrazando
Gerineldo se ha dormido.
Recordado había el rey
de un
sueño despavorido;
tres
veces lo había llamado,
ninguna
le ha respondido.
-Gerineldo, Gerineldo,
mi
camarero pulido,
si me
andas en traición,
trátasme
como a enemigo.
O
dormías con la infanta
o me has
vendido el castillo.
Tomó la
espada en la mano,
en gran
saña va encendido,
fuérase
para la cama
donde a
Gerineldo vido.
Él
quisiéralo matar,
mas
criole de chiquito.
Sacara
luego la espada,
entre
entrambos la ha metido,
porque
desque recordase
viese
cómo era sentido.
Recordado había la infanta
y la
espada ha conocido.
-Recordaos, Gerineldo,
que ya
érades sentido,
que la
espada de mi padre
yo me la
he bien conocido.
Romance de la luna, luna.
La luna vino a la
fragua
con su
polisón de nardos.
El niño la
mira, mira.
El niño la
está mirando.
5 En el aire
conmovido
mueve la
luna sus brazos
y enseña,
lúbrica y pura,
sus senos de
duro estaño.
– Huye luna,
luna, luna.
10 Si vinieran los
gitanos,
harían con
tu corazón
collares y
anillos blancos.
– Niño,
déjame que baile.
Cuando
vengan los gitanos,
15 te encontrarán
sobre el yunque
con los
ojillos cerrados.
– Huye luna,
luna, luna,
que ya
siento sus caballos.
– Niño
déjame, no pises
20 mi blancor
almidonado.
El jinete se
acercaba
tocando el
tambor del llano.
Dentro de la
fragua el niño
tiene los
ojos cerrados.
25 Por el olivar
venían,
bronce y
sueño, los gitanos.
Las cabezas
levantadas
y los ojos
entornados.
Cómo canta
la zumaya,
30 ¡ay, cómo canta
en el árbol!
Por el cielo
va la luna
con un niño
de la mano.
Dentro de la
fragua lloran,
dando
gritos, los gitanos.
35 El aire la vela,
vela.
El aire la
está velando.
Federico
García Lorca
Romance de Roncesvalles
-Cuéntame una historia, abuela.
-Siglos ha que con gran saña, por una negra montaña asomó un emperador. Era francés, su vestido formaba un hermoso juego: capa de color de fuego y plumas de azul color. - ¿Y qué pedía? - La corona de León. Bernardo, el del Carpio, un día con la gente que traía, "¡Ven por ella!", le gritó. De entonces suena en los valles y dicen los montañeses: - ¡Mala la hubisteis, franceses, en esa de Roncesvalles! - ¿Se acabó la historia, abuela? - Allí, con fiera arrogancia, los doce pares de Francia, también estaban, también. Eran altos como cedros, valientes como leones, cabalgaban en bridones, águilas en el correr. - Sigue contando. - Salió el mozo leonés, Bernardo salió, y luchando a todos los fue matando, y hubiera matado a cien. De entonces suena en los valles y dicen los montañeses: - ¡Mala la hubisteis, franceses, en esa de Roncesvalles!. - Me place la historia, abuela - Con qué ejército, Dios mío, de tan grande poderío llegó Carlo Magno acá. ¡Cuántos soldados! No tiene más gotas un arroyuelo, ni más estrellas el cielo, ni más arenas la mar. ¿Y qué, triunfaron? - Dios no los quiso ayudar. El alma les arrancaron a sus pies los derribaron como al roble el huracán. De entonces suena en los valles y dicen los montañeses: - ¡Mala la hubisteis, franceses, en esa de Roncesvalles! - Sigue con la historia, abuela. - Diz que dice un viejo archivo que no quedó un francés vivo después de la horrenda liz. Y así debió ser, pues vieron el sol de los horizontes muchos huesos en los montes y muchos buitres venir. ¡Qué gran batalla! No fue menos el botín: banderas, cotas de malla y riquezas y vitualla se recogieron sin fin. De entonces suena en los valles y dicen los montañeses: - ¡Mala la hubisteis, franceses, en esa de Roncesvalles!. - ¿Y el emperador, abuela? - Huyó sin un hombre luego, la capa color de fuego rota y sin plumaje azul Bernardo, el del Carpio, torna a Castilla tras la guerra y al poner el pie en su tierra lo alcanza su multitud. ¡Qué de alegrías! - En verlas gozarás tú. - Hubo fiesta muchos días, tamboriles, chirimías, y canciones a Jesús. De entonces suena en los valles y dicen los montañeses: - ¡Mala la hubisteis, franceses, en esa de Roncesvalles |
Romance de Abenámar
-¡Abenámar,
Abenámar,
moro de la morería,
el día que tu naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calmar,
la Luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
-No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida.
-Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquellos?
¡Alto son y relucían!
-El Alhambra era,señor,
y la otra, la mezquita;
los otros, los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba,
cien doblas ganaba al día
y el día que los labra
otras tantas se perdía;
desque los tuvo labrados,
el rey le quitó la vida
porque no labre otros tales
al rey del Andalucía.
El otro es Torres Bermejas,
castillo de gran valía;
el otro, Generalife,
huerta que par no tenía.
Allí hablara el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
-Si tu quisieras, Granada,
contigo me casaría;
darete en arras y dote
a Córdova y a Sevilla.
-Casada soy, rey don Juan,
casada soy que no viuda;
el moro que a mi me tiene
muy grande bien me quería.
Hablara allí el rey don Juan,
estas palabras decía:
-Échenme acá mis lombardas
doña Sancha y doña Elvira;
tiraremos a lo alto,
lo bajo ello se daría.
El combate era tan fuerte
que grande temor ponía.
moro de la morería,
el día que tu naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calmar,
la Luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
-No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida.
-Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquellos?
¡Alto son y relucían!
-El Alhambra era,señor,
y la otra, la mezquita;
los otros, los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba,
cien doblas ganaba al día
y el día que los labra
otras tantas se perdía;
desque los tuvo labrados,
el rey le quitó la vida
porque no labre otros tales
al rey del Andalucía.
El otro es Torres Bermejas,
castillo de gran valía;
el otro, Generalife,
huerta que par no tenía.
Allí hablara el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
-Si tu quisieras, Granada,
contigo me casaría;
darete en arras y dote
a Córdova y a Sevilla.
-Casada soy, rey don Juan,
casada soy que no viuda;
el moro que a mi me tiene
muy grande bien me quería.
Hablara allí el rey don Juan,
estas palabras decía:
-Échenme acá mis lombardas
doña Sancha y doña Elvira;
tiraremos a lo alto,
lo bajo ello se daría.
El combate era tan fuerte
que grande temor ponía.
Romance de Mudarra
A cazar va don
Rodrigo
y aun don Rodrigo de Lara
con la gran siesta que hace,
arrimándose ha a un haya,
maldiciendo a Mudarrillo,
hijo de la renegada,
que si a las manos le hubiese,
que le sacaría el alma.
El señor estando en esto,
Mudarrillo que asomaba:
- Dios te salve, caballero,
debajo la verde haya.
- Así haga a ti, escudero,
buena sea tu llegada.
- Dígasme tú el caballero
¿cómo era la tu gracia?
- A mí dicen don Rodrigo
y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de Gonzalo Bustos,
hermano de doña Sancha;
por sobrinos me los hube
los siete infantes de Salas.
Espero aquí a Mudarrillo,
hijo de la renegada;
si delante lo tuviese,
yo le sacaría el alma.
- Si a ti dicen don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara,
a mí Mudarra González,
hijo de la renegada,
de Gonzalo Gustos hijo,
y alnado de doña Sancha;
por hermanos me los hube
los siete hermanos de Salas;
tú los vendiste, traidor,
en el val del Arabiana;
mas si Dios a mí me ayuda,
aquí dejarás el alma.
- Espéresme, don Gonzalo,
iré a tomar las mis armas.
- El espera que tú diste
a los infantes de Lara:
aquí morirás, traidor,
enemigo de doña Sancha.
y aun don Rodrigo de Lara
con la gran siesta que hace,
arrimándose ha a un haya,
maldiciendo a Mudarrillo,
hijo de la renegada,
que si a las manos le hubiese,
que le sacaría el alma.
El señor estando en esto,
Mudarrillo que asomaba:
- Dios te salve, caballero,
debajo la verde haya.
- Así haga a ti, escudero,
buena sea tu llegada.
- Dígasme tú el caballero
¿cómo era la tu gracia?
- A mí dicen don Rodrigo
y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de Gonzalo Bustos,
hermano de doña Sancha;
por sobrinos me los hube
los siete infantes de Salas.
Espero aquí a Mudarrillo,
hijo de la renegada;
si delante lo tuviese,
yo le sacaría el alma.
- Si a ti dicen don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara,
a mí Mudarra González,
hijo de la renegada,
de Gonzalo Gustos hijo,
y alnado de doña Sancha;
por hermanos me los hube
los siete hermanos de Salas;
tú los vendiste, traidor,
en el val del Arabiana;
mas si Dios a mí me ayuda,
aquí dejarás el alma.
- Espéresme, don Gonzalo,
iré a tomar las mis armas.
- El espera que tú diste
a los infantes de Lara:
aquí morirás, traidor,
enemigo de doña Sancha.
Romance de la Jura de Santa Gadea
En Santa Gadea de Burgos
do juran los hijosdalgo,
allí toma juramento
el Cid al rey castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo.
Las juras eran tan recias
que al buen rey ponen espanto.
do juran los hijosdalgo,
allí toma juramento
el Cid al rey castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo.
Las juras eran tan recias
que al buen rey ponen espanto.
—Villanos te maten, rey,
villanos, que no hidalgos;
abarcas traigan calzadas,
que no zapatos con lazo;
traigan capas aguaderas,
no capuces ni tabardos;
con camisones de estopa,
no de holanda ni labrados;
cabalguen en sendas burras,
que no en mulas ni en caballos,
las riendas traigan de cuerda,
no de cueros fogueados;
mátente por las aradas,
no en camino ni en poblado;
con cuchillos cachicuernos,
no con puñales dorados;
sáquente el corazón vivo,
por el derecho costado,
si no dices la verdad
de lo que te es preguntado:
si tú fuiste o consentiste
en la muerte de tu hermano.
villanos, que no hidalgos;
abarcas traigan calzadas,
que no zapatos con lazo;
traigan capas aguaderas,
no capuces ni tabardos;
con camisones de estopa,
no de holanda ni labrados;
cabalguen en sendas burras,
que no en mulas ni en caballos,
las riendas traigan de cuerda,
no de cueros fogueados;
mátente por las aradas,
no en camino ni en poblado;
con cuchillos cachicuernos,
no con puñales dorados;
sáquente el corazón vivo,
por el derecho costado,
si no dices la verdad
de lo que te es preguntado:
si tú fuiste o consentiste
en la muerte de tu hermano.
Las juras eran tan fuertes
que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero
de los suyos más privado:
—Haced la jura, buen rey,
no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor,
ni Papa descomulgado.
Jura entonces el buen rey
que en tal nunca se ha hallado.
Después habla contra el Cid
malamente y enojado:
—Mucho me aprietas, Rodrigo,
Cid, muy mal me has conjurado,
mas si hoy me tomas la jura,
después besarás mi mano.
—Aqueso será, buen rey,
como fuer galardonado,
porque allá en cualquier tierra
dan sueldo a los hijosdalgo.
—¡Vete de mis tierras, Cid,
mal caballero probado,
y no me entres más en ellas,
desde este día en un año!
—Que me place —dijo el Cid—.
que me place de buen grado,
por ser la primera cosa
que mandas en tu reinado.
Tú me destierras por uno
yo me destierro por cuatro.
que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero
de los suyos más privado:
—Haced la jura, buen rey,
no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor,
ni Papa descomulgado.
Jura entonces el buen rey
que en tal nunca se ha hallado.
Después habla contra el Cid
malamente y enojado:
—Mucho me aprietas, Rodrigo,
Cid, muy mal me has conjurado,
mas si hoy me tomas la jura,
después besarás mi mano.
—Aqueso será, buen rey,
como fuer galardonado,
porque allá en cualquier tierra
dan sueldo a los hijosdalgo.
—¡Vete de mis tierras, Cid,
mal caballero probado,
y no me entres más en ellas,
desde este día en un año!
—Que me place —dijo el Cid—.
que me place de buen grado,
por ser la primera cosa
que mandas en tu reinado.
Tú me destierras por uno
yo me destierro por cuatro.
Ya se partía el buen Cid
sin al rey besar la mano;
ya se parte de sus tierras,
de Vivar y sus palacios:
las puertas deja cerradas,
los alamudes echados,
las cadenas deja llenas
de podencos y de galgos;
sólo lleva sus halcones,
los pollos y los mudados.
Con el iban los trescientos
caballeros hijosdalgo;
los unos iban a mula
y los otros a caballo;
todos llevan lanza en puño,
con el hierro acicalado,
y llevan sendas adargas
con borlas de colorado.
Por una ribera arriba
al Cid van acompañando;
acompañándolo iban
mientras él iba cazando.
sin al rey besar la mano;
ya se parte de sus tierras,
de Vivar y sus palacios:
las puertas deja cerradas,
los alamudes echados,
las cadenas deja llenas
de podencos y de galgos;
sólo lleva sus halcones,
los pollos y los mudados.
Con el iban los trescientos
caballeros hijosdalgo;
los unos iban a mula
y los otros a caballo;
todos llevan lanza en puño,
con el hierro acicalado,
y llevan sendas adargas
con borlas de colorado.
Por una ribera arriba
al Cid van acompañando;
acompañándolo iban
mientras él iba cazando.
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