"El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes
23-02-1985, el Tribunal Constitucional reconoce la libertad de cátedra a TODOS los docentes, sea cual fuere el nivel de enseñanza en el que actúan –no se circunscribe por tanto exclusivamente al ámbito universitario.Tribunal Constitucional, Auto número 423/2004 se afirma: "[…] este derecho fundamental -como libertad individual del docente- es una proyección de la libertad ideológica y del derecho a difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones que cada profesor asume como propias en relación con la materia objeto de su enseñanza […]" "[…] el contenido de la libertad de cátedra lo podríamos considerar como el derecho de CUALQUIER profesor, de CUALQUIER nivel educativo a que, por razón de su puesto docente, pueda desempeñar su trabajo de acuerdo con sus conocimientos y sin estar sometido a ningún mandato de AUTORIDAD PÚBLICA o privada[…]"

lunes, 21 de noviembre de 2016

TRABAJO D ELOS ROMANCES





Haréis un trabajo en  grupos de tres sobre los romances. Os tocará por sorteo uno. En equipo, deberéis leerlo, hacer un mural con un cómic sobre el contenido del mismo. Además, haréis un comentario del texto que os toque. Lo presentaréis por escrito. El día de la exposición,  mostraréis el mural, leeréis, dramatizaréis el texto y luego explicaréis el comentario del romance a vuestros compañeros para que tomen anotaciones. Tendréis un máximo de diez minutos para la intervención.



Os dejo el guion de comentario para el trabajo. Solamente emplead lo que está en negrita.



GUION DE COMENTARIO.

I.                    INTRODUCCIÓN.

II.                  RESUMEN.

III.                TEMA.

IV.                TIPO DE TEXTO.

1.       POR TIPO DE COMUNICACIÓN.

2.       POR INTENCIÓN.

3.       POR ÁMBITO TEMÁTICO (SI ES LITERARIO, INDICAD GÉNERO Y SUBGÉNERO).

4.       POR FORMA DISCURSIVA (SI ES NARRATIVO, ANALIZAD LOS ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN EN EL TEXTO).

V.                  ESTRUCTURA.

1.       EXTERNA (NÚMERO DE VERSOS O LÍNEAS, NÚMERO DE ESTROFAS O PÁRRAFOS).

2.       INTERNA (DIVISIÓN DEL TEXTO POR PARTES).

VI.                FUNCIONES DE LA LENGUA.

VII.              NIVEL FÓNICO-GRÁFICO.

1.       SI EL TEXTO ESTÁ EN VERSO.

1.1. RITMO DE TONO (PAUSAS)

A)     Encabalgamiento (desajuste producido cuando el final del verso no coincide con la construcción morfosintáctica: <<y yo me iré;  y estaré solo, sin hogar, sin árbol/ verde, sin pozo blanco>>) o esticomitia.

B)      pausa interna (por puntuación) y cesura (desde doce sílabas o más).



1.2. RITMO DE CANTIDAD.

A)     Arte mayor (desde nueve sílabas versales)/ arte menor (de dos a ocho sílabas).

B)      Tipo de estrofa.

C)      Sinalefa ( unión de dos sílabas que pertenecen a palabras distintas considerándose una sola sílaba); sinéresis (dos vocales del hiato se unen en una sola sílaba formando diptongo); diéresis ( un diptongo se rompe artificialmente); hiato (fenómeno contrario a la sinalefa).

D)     Posición del acento en la última palabra del verso: aguda (suma una sílaba), llana (queda igual) y esdrújula (resta una sílaba).



1.3. RITMO DE INTENSIDAD.

A)     Distribución de los acentos en el verso.

a)      Penúltima sílaba (acento estrófico): en par es YÁMBICO; en impar es TROCAICO.

b)      Resto de los acentos versales: si coinciden con el estrófico (son todos impares, por ejemplo),  el verso será RÍTMICO; si no coinciden, será EXTRARRÍTMICO.



1.4. RITMO DE TIMBRE (RIMA).

A)     Consonante/ asonante.

B)      Blanco (no rima)

C)      Sueltos (riman algunos)

D)     Libres (riman pero número de sílabas es diferente)



1.5. RECURSOS RETÓRICOS.

A)     aliteración

B)      onomatopeya

C)      paranomasia



VIII.            NIVEL MORFOSINTÁCTICO.

1.       ELECCIÓN DE LA CATEGORÍA GRAMATICAL.

1.1. ÁMBITO NOMINAL (SN).

A)     Si predomina: calidad impresionista y estatismo con ritmo lento y oraciones largas.

B)      SUSTANTIVOS.

a)      Abstractos y cultismos: matiz intelectual (sin artículos) valorativo.

b)      Concreto: realismo.



C)      ADJETIVOS CALIFICATIVOS (estilo sensorial) ritmo lento.

a)      especificativos (nueva cualidad)

b)      Explicativos o epítetos: subjetividad.

c)       Posición: antepuesto (explica, subjetividad); postpuesto, restringe, concreta y objetivo.

d)      Grado.



D)     ADJETIVOS DETERMINATIVOS Y ARTÍCULOS: deixis, anáfora, énfasis, evocación…

E)      PRONOMBRE: deixis y foricidad (anáfora y catáfora)



1.2. ÁMBITO VERBAL (SV)



A)     Relacionado con la acción; estilo verbal: dinamismo.

B)      Tiempo y usos estilísticos (presente histórico, condicional de cortesía, etc.).

a)      presente

b)      pretérito imperfecto

c)       Pretérito perfecto simple.



C)      modo: modalidad y actitud del hablante.

a)      indicativo: real y objetividad.

b)      Subjuntivo: irreal y subjetividad.

c)       Imperativo.



D)     Perífrasis verbales: modales y aspectuales.

E)      Aspecto verbal.

a)      Perfectivo (acción terminada): narración.

b)      Imperfectivo (acción inconclusa): descriptivo.



F)      Formas no personales.

G)     Adverbios.



1.3. ORDEN DE LOS ELEMENTOS.

A)     Si lo respeta, pretende ser lógico y ordenado.

B)      Si destacan las hipérboles; es decir, el desorden, su fin será mostrar sentimientos de desgarro e inquietud.



1.4. TIPO DE ORACIONES.

A)                 SIMPLE: ofrece claridad, sencillez, escasez de elaboración, rapidez, subjetividad. Coordinación y yuxtaposición (parataxis).

B)                  COMPUESTAS: subordinadas (hipotaxis): se muestra barroco, complejo o presenta alarde de intelectualidad. Indica elaboración.

C)                  MODALIDAD ORACIONAL.

D)                 IMPERSONAL Y OTRAS FORMAS DE OCULTAR EL AGENTE.



1.5. RECURSOS RETÓRICOS.

1.5.1.        ADICIÓN.

A)     Amplificatio.

B)      Paráfrasis.

C)      Pleonasmo

D)     Epíteto

E)      Enumeración.



1.5.2.        OMISIÓN.

A)     Elipsis.

B)      Asíndeton.



1.5.3.        REPETICIÓN.

A)     Anáfora.

B)      Epífora.

C)      Concatenación.

D)     Polisíndeton

E)      Derivación

F)      Dilogía

G)     Reduplicación.

H)     epanadiplosis



1.5.4.        ORDEN.

A)     Hipérbaton.

B)      Paralelismo.

C)      Calambur.

D)     Anacoluto.



IX.                NIVEL LÉXICO-SEMÁNTICO.

1.       GENERALIDADES.

A)     Vocablos importantes para conocer la procedencia social, profesional o cultural. Variedades sociales, funcionales y geográficas.

B)      Palabras clave.

C)      Campo semántico y léxico.

D)     Procedimientos de creación de palabras (derivadas, préstamos, patrimoniales, cultismos, siglas, acrónimos).

E)      Relación semántica: sinonimia, antítesis, polisemia, homonimia, hiperónimia, hiponimia, monosemia.

F)      Denotación (deseo precisión y objetividad) y connotación (subjetividad).



2.       RECURSOS RETÓRICOS.

A)     Comparación.

B)      Metáfora.

C)      Alegoría

D)     Sinécdoque

E)      Metonimia.

F)      Hipérbole.

G)     sinestesia

H)     Personificación

I)        Ironía

J)       Paradoja

K)      Apóstrofe

L)       Interrogación retórica

M)   Exclamación retórica

N)     Antítesis

O)     Sinonimia…



X.                  CONTEXTO: movimiento, época, etc.



XI.    CONCLUSIÓN.



 En conclusión/ para terminar es posible afirmar que el texto pertenece a tal autor y tal época por las características vistas a lo largo del comentario, destacando…

Como se ha visto el texto es un todo organizado en relaciones internas. Es un todo en que se vincula el fondo y la forma.





A continuación, tenéis los textos.



Romance del Conde Arnaldos

    ¡Quién tuviera tal ventura             

        sobre las aguas del mar,               

        como hubo el conde Arnaldos            

        la mañana de San Juan!          

        Con un falcón en la mano               

        la caza iba a cazar,           

        vio venir una galera           

        que a tierra quiere llegar.            

        Las velas traía de seda,               

        la jarcia de oro torzal,

        áncoras tiene de plata,

        tablas de fino coral.

               

                       

        diciendo viene un cantar               

        que la mar ponía en calma,             

        los vientos hace amainar,               

        los peces que andan nel hondo          

        arriba los hace andar,         

        las aves que andan volando             

        nel mástil las hace posar.             

        Allí habló el conde Arnaldos,          

        bien oiréis lo que dirá:               

                       

        dígaisme ora ese cantar.               

        Respondióle el marinero,               

        tal respuesta le fue a dar:            

        -Yo no digo esta canción       

        sino a quien conmigo va.     





Romance de Gerineldo.



  Levantóse Gerineldo            

        que al rey dejara dormido,             

        fuese para la infanta          

        donde estaba en el castillo.           

        -Abráisme, dijo, señora,        

        abráisme, cuerpo garrido.              

        -¿Quién sois vos, el caballero,                

        que llamáis a mi postigo?              

        -Gerineldo soy, señora,                

        vuestro tan querido amigo.             

        Tomárala por la mano,          

        en un lecho la ha metido,              

        y besando y abrazando          

        Gerineldo se ha dormido.               

        Recordado había el rey         

        de un sueño despavorido;                

        tres veces lo había llamado,           

        ninguna le ha respondido.              

        -Gerineldo, Gerineldo,         

        mi camarero pulido,            

        si me andas en traición,               

        trátasme como a enemigo.               

        O dormías con la infanta               

        o me has vendido el castillo.          

        Tomó la espada en la mano,             

        en gran saña va encendido,             

        fuérase para la cama           

        donde a Gerineldo vido.                

        Él quisiéralo matar,           

        mas criole de chiquito.                

        Sacara luego la espada,                

        entre entrambos la ha metido,           

        porque desque recordase                

        viese cómo era sentido.                

        Recordado había la infanta      

        y la espada ha conocido.               

        -Recordaos, Gerineldo,         

        que ya érades sentido,         

        que la espada de mi padre              

        yo me la he bien conocido.     





Romance de la luna, luna.



La luna vino a la fragua

  con su polisón de nardos.

  El niño la mira, mira.

  El niño la está mirando.

5 En el aire conmovido

  mueve la luna sus brazos

  y enseña, lúbrica y pura,

  sus senos de duro estaño.

  – Huye luna, luna, luna.

10 Si vinieran los gitanos,

  harían con tu corazón

  collares y anillos blancos.

  – Niño, déjame que baile.

  Cuando vengan los gitanos,

15 te encontrarán sobre el yunque

  con los ojillos cerrados.

  – Huye luna, luna, luna,

  que ya siento sus caballos.

  – Niño déjame, no pises

20 mi blancor almidonado.

  El jinete se acercaba

  tocando el tambor del llano.

  Dentro de la fragua el niño

  tiene los ojos cerrados.

25 Por el olivar venían,

  bronce y sueño, los gitanos.

  Las cabezas levantadas

  y los ojos entornados.

  Cómo canta la zumaya,

30 ¡ay, cómo canta en el árbol!

  Por el cielo va la luna

  con un niño de la mano.

  Dentro de la fragua lloran,

  dando gritos, los gitanos.

35 El aire la vela, vela.

 El aire la está velando.

Federico García Lorca



Romance de Roncesvalles




-Cuéntame una historia, abuela.
-Siglos ha que con gran saña,
por una negra montaña
asomó un emperador.
Era francés, su vestido
formaba un hermoso juego:
capa de color de fuego
y plumas de azul color.

- ¿Y qué pedía?
- La corona de León.
Bernardo, el del Carpio, un día
con la gente que traía,
"¡Ven por ella!", le gritó.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
- ¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!

- ¿Se acabó la historia, abuela?
- Allí, con fiera arrogancia,
los doce pares de Francia,
también estaban, también.
Eran altos como cedros,
valientes como leones,
cabalgaban en bridones,
águilas en el correr.

- Sigue contando.
- Salió el mozo leonés,
Bernardo salió, y luchando
a todos los fue matando,
y hubiera matado a cien.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
- ¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!.

- Me place la historia, abuela
- Con qué ejército, Dios mío,
de tan grande poderío
llegó Carlo Magno acá.
¡Cuántos soldados! No tiene
más gotas un arroyuelo,
ni más estrellas el cielo,
ni más arenas la mar.

¿Y qué, triunfaron?
- Dios no los quiso ayudar.
El alma les arrancaron
a sus pies los derribaron
como al roble el huracán.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
- ¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!

- Sigue con la historia, abuela.
- Diz que dice un viejo archivo
que no quedó un francés vivo
después de la horrenda liz.
Y así debió ser, pues vieron
el sol de los horizontes
muchos huesos en los montes
y muchos buitres venir.

¡Qué gran batalla!
No fue menos el botín:
banderas, cotas de malla
y riquezas y vitualla
se recogieron sin fin.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
- ¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!.

- ¿Y el emperador, abuela?
- Huyó sin un hombre luego,
la capa color de fuego
rota y sin plumaje azul
Bernardo, el del Carpio,
torna a Castilla tras la guerra
y al poner el pie en su tierra
lo alcanza su multitud.

¡Qué de alegrías!
- En verlas gozarás tú.
- Hubo fiesta muchos días,
tamboriles, chirimías,
y canciones a Jesús.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
- ¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles



Romance de Abenámar



-¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tu naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calmar,
la Luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
-No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida.
-Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquellos?
¡Alto son y relucían!
-El Alhambra era,señor,
y la otra, la mezquita;
los otros, los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba,
cien doblas ganaba al día
y el día que los labra
otras tantas se perdía;
desque los tuvo labrados,
el rey le quitó la vida
porque no labre otros tales
al rey del Andalucía.
El otro es Torres Bermejas,
castillo de gran valía;
el otro, Generalife,
huerta que par no tenía.
Allí hablara el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
-Si tu quisieras, Granada,
contigo me casaría;
darete en arras y dote
a Córdova y a Sevilla.
-Casada soy, rey don Juan,
casada soy que no viuda;
el moro que a mi me tiene
muy grande bien me quería.
Hablara allí el rey don Juan,
estas palabras decía:
-Échenme acá mis lombardas
doña Sancha y doña Elvira;
tiraremos a lo alto,
lo bajo ello se daría.
El combate era tan fuerte
que grande temor ponía.



Romance de Mudarra

A cazar va don Rodrigo
y aun don Rodrigo de Lara
con la gran siesta que hace,
arrimándose ha a un haya,
maldiciendo a Mudarrillo,
hijo de la renegada,
que si a las manos le hubiese,
que le sacaría el alma.
El señor estando en esto,
Mudarrillo que asomaba:

- Dios te salve, caballero,
debajo la verde haya.

- Así haga a ti, escudero,
buena sea tu llegada.

- Dígasme tú el caballero
¿cómo era la tu gracia?

- A mí dicen don Rodrigo
y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de Gonzalo Bustos,
hermano de doña Sancha;
por sobrinos me los hube
los siete infantes de Salas.
Espero aquí a Mudarrillo,
hijo de la renegada;
si delante lo tuviese,
yo le sacaría el alma.

- Si a ti dicen don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara,
a mí Mudarra González,
hijo de la renegada,
de Gonzalo Gustos hijo,
y alnado de doña Sancha;
por hermanos me los hube
los siete hermanos de Salas;
tú los vendiste, traidor,
en el val del Arabiana;
mas si Dios a mí me ayuda,
aquí dejarás el alma.

- Espéresme, don Gonzalo,
iré a tomar las mis armas.

- El espera que tú diste
a los infantes de Lara:
aquí morirás, traidor,
enemigo de doña Sancha.





Romance de la Jura de Santa Gadea



En Santa Gadea de Burgos
do juran los hijosdalgo,
allí toma juramento
el Cid al rey castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo.
Las juras eran tan recias
que al buen rey ponen espanto.

—Villanos te maten, rey,
villanos, que no hidalgos;
abarcas traigan calzadas,
que no zapatos con lazo;
traigan capas aguaderas,
no capuces ni tabardos;
con camisones de estopa,
no de holanda ni labrados;
cabalguen en sendas burras,
que no en mulas ni en caballos,
las riendas traigan de cuerda,
no de cueros fogueados;
mátente por las aradas,
no en camino ni en poblado;
con cuchillos cachicuernos,
no con puñales dorados;
sáquente el corazón vivo,
por el derecho costado,
si no dices la verdad
de lo que te es preguntado:
si tú fuiste o consentiste
en la muerte de tu hermano.

Las juras eran tan fuertes
que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero
de los suyos más privado:
—Haced la jura, buen rey,
no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor,
ni Papa descomulgado.
Jura entonces el buen rey
que en tal nunca se ha hallado.
Después habla contra el Cid
malamente y enojado:
—Mucho me aprietas, Rodrigo,
Cid, muy mal me has conjurado,
mas si hoy me tomas la jura,
después besarás mi mano.
—Aqueso será, buen rey,
como fuer galardonado,
porque allá en cualquier tierra
dan sueldo a los hijosdalgo.
—¡Vete de mis tierras, Cid,
mal caballero probado,
y no me entres más en ellas,
desde este día en un año!
—Que me place —dijo el Cid—.
que me place de buen grado,
por ser la primera cosa
que mandas en tu reinado.
Tú me destierras por uno
yo me destierro por cuatro.

Ya se partía el buen Cid
sin al rey besar la mano;
ya se parte de sus tierras,
de Vivar y sus palacios:
las puertas deja cerradas,
los alamudes echados,
las cadenas deja llenas
de podencos y de galgos;
sólo lleva sus halcones,
los pollos y los mudados.
Con el iban los trescientos
caballeros hijosdalgo;
los unos iban a mula
y los otros a caballo;
todos llevan lanza en puño,
con el hierro acicalado,
y llevan sendas adargas
con borlas de colorado.
Por una ribera arriba
al Cid van acompañando;
acompañándolo iban
mientras él iba cazando.


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